Imagen de los participantes en este encuentro.
En el centro, Carlos López Cortiñas, secretario general de FETE-UGT.

Madrid. ROSAURA CALLEJA
Mientras que la Formación Profesional goza en Alemania de un gran prestigio y las cifras de matriculación alcanzan el 60% de los estudiantes, en España únicamente el 24% de los alumnos se decanta por este nivel educativo.
Jesús Hernández Aristu, profesor de Trabajo Social en la Universidad Pública de Navarra, examinó las características de una fórmula que tiene a la empresa como emplazamiento de las 2/3 partes del tiempo de aprendizaje y que completa el tercio restante en la escuela de formación profesional. No obstante, advirtió de las dificultades que implica  trasladar a España este modelo que en Alemania tiene una trayectoria de 130 años. En este país existen unas 350 titulaciones reconocidas de Formación Profesional, en las que se invierten alrededor de 30.000 millones de euros al año. Más de 1,6 millones de aprendices cursan estos estudios en 500.000 empresas y solo el sector industrial, comercial o de prestación de servicios cuenta con unos 320.000 instructores para la FP y 160.000 especialistas profesionales que colaboran como “miembros honorarios” en los grupos examinadores de las cámaras de comercio.

Sectores implicados

Para el desarrollo del Modelo Dual alemana colaboran el Gobierno Federal, a través de los Ministerios de Economía y Educación, los 16 Bundersländer, los sindicatos, las asociaciones empresariales y las cámaras de comercio, además del Instituto Federal de Formación Profesional.
Según Hernández Aristu, las empresas influyen en el contenido del aprendizaje y en su implementación, reducen a medio plazo los costes de selección y garantizan el futuro personal especializado. Asimismo, la alta participación del sector privado reduce el presupuesto público del Estado y se produce una cuota relativamente baja de paro juvenil.
No obstante, este profesor reconoció lo profundamente selectivo que es el sistema alemán, donde los alumnos eligen a los 12 años el itinerario educativo que van a seguir y señaló que el empresariado germano es muy receptivo a la hora de convertirse en agente formativo.

Análisis comparativo

Para Miguel Soler, ex director general de Formación Profesional del Ministerio de Educación, el sistema español de Formación Profesional es válido, pero apuesta por dar pasos hacia una formación dual. En su análisis del modelo alemán señaló que al sistema dual acceden alumnos de 15 o 16 años que han sido previamente seleccionados en itinerarios y que lo hacen a través de un examen y mediante una solicitud de plaza dirigida a la empresa, que ha  hecho pública previamente su oferta. También especificó que el número de plazas de los centros de FP está en función de las indicaciones de las empresas, por lo que resulta difícil hacer una previsión. Además considera que el sistema alemán es menos equitativo y más rígido que el español, puesto que tiene una menor movilidad y una más baja posibilidad de acceso a otras ofertas formativas. Y destacó que en Alemania pocos jóvenes que finalizan la FP continúan hacia la educación superior, porque no existen pasarelas.
Por una parte, reconoció que existe déficit de titulados de Grado Medio y valoró la acreditación de la experiencia laboral y el reconocimiento de competencias profesionales, por otra planteó una reflexión sobre el modelo de FP que nuestro país necesita, las inversiones o los sectores que precisan crecer para crear empleo y apostó por extender la FP a distancia y determinar si se quiere una FP más profesional, más básica o más especializada.

Mapa de cualificaciones

Por su parte, Carlos López Cortiñas, secretario general de FETE-UGT, se mostró partidario de aumentar el número de titulaciones y flexibilizar más el paso del Grado Medio al Grado Superior, además de realizar un esfuerzo para cerrar el mapa de cualificaciones profesionales, a través de la experiencia profesional. Así como, expresó su desconfianza en que el empresariado español, en una situación de crisis, dedique una parte de su presupuesto a establecer sus propios centros de formación, contratar monitores y proporcionar un salario a los alumnos.